Maja con abanico rojo
Manuel Cabral Aguado Bejarano

Maja con abanico rojo

1885
  • Óleo sobre lienzo

    43,5 x 31 cm

    CTB.1994.53

  • © Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga

Los últimos cuadros de la obra de Manuel Cabral Aguado Bejarano son consecuencia de la crisis y reorientación del costumbrismo andaluz, a la que sobrevivió el artista, a diferencia de la mayoría de los maestros más famosos del género, fallecidos en los años setenta del siglo XIX. Paralelamente a sus escenas costumbristas, Cabral demostró un interés particular por los retratos de tipos, de varios de los cuales deja constancia Ossorio: «Una gitana, Un pillo de playa, Una cigarrera y Un naranjero», y de los que la propia Colección Carmen Thyssen-Bornemisza guarda otros testimonios, muy próximos a éste.

En el lienzo aparece una mujer que, a solas, posa en apostura garbosa con uno de los abanicos rojos que fascinaron a muchos de los pintores y viajeros por Andalucía en el siglo XIX y que, años atrás, se convirtieron en objetos de exotismo habituales en los estudios de muchos artistas extranjeros. En un adusto patio, en el que apenas se pueden ver un par de tiestos mustios y una planta trepadora con su tronco desnudo, resalta el protagonismo absoluto y único de la presencia de la modelo, vestida con manteleta bordada ajustada al cuerpo, y tocada de mantilla negra, con un traje propio del gusto más castizo de los años finales del siglo XIX.

La pintura, resuelta con la corrección académica y el desapasionamiento propio del estilo final de Cabral Bejarano, de toque más ligero y fluido, que prácticamente no se permite alardes técnicos de ninguna índole, posee sin embargo cierta delicadeza en las texturas materiales del suelo terroso del patio, en el que el pintor hispalense señaló algunas hierbas rayando el óleo con la cantonera del pincel, y en el muro encalado del fondo, cuyos matices entre blancos y sombras acentúan la sensación de modelado que Cabral ha conseguido con el sombreado del rostro de la protagonista.

Carlos G. Navarro