Los almendros en flor
Darío de Regoyos y Valdés

Los almendros en flor

1902
  • Óleo sobre lienzo

    46 x 61 cm

    CTB.1987.19

  • © Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga

  • Ver en Gigapixel

Esta obra representa una vista de los alrededores de Irún, villa a la que Darío de Regoyos se trasladó en abril de 1902, instalándose en Buenavista, donde realizó este lienzo, justo cuando los almendros estaban en flor.

En el paisaje aparece, como era habitual en Regoyos, una figura humana, en esta ocasión una mujer en el centro del cuadro. Como anécdota, el autor incorpora una sombrilla de color rojo, frecuente en los cuadros impresionistas de Monet y de su íntimo amigo, Camille Pissarro. De hecho, esta pintura, importante en la trayectoria impresionista del artista asturiano, sigue en su ejecución las directrices de los impresionistas franceses y su factura coincide plenamente con la de Pissarro.

La composición, pintada desde un punto elevado, está formada por líneas horizontales (de las riberas del río y del horizonte) y oblicuas (del sendero), entre las que distribuye los espacios, consiguiendo un conjunto perfectamente equilibrado. A ello une su extenso conocimiento de la técnica divisionista, que le permite conseguir un campo verde lleno de color y variedad gracias a la pincelada puntual empleada, logrando un contraste perfecto con los senderos que perdieron su manto vegetal por la circulación frecuente de carros y personas. El blanco de los almendros floridos culmina este dominio del puntillismo.

Esta obra estuvo en paradero desconocido hasta el año 1986, en que participó en una subasta pública en Francia. Su primer propietario debió de ser el pintor Maximilien Luce, amigo de Regoyos, a quien éste regalaría la obra al poco de pintarla. Al pasar a manos de Luce, la obra no llegó a ser expuesta en vida de Regoyos, que falleció en 1913. Se mostró por primera vez en 1914 en la exposición homenaje que se le hizo en París, en la Galería Choiseul. Maximilien Luce la nombró entonces Paysage d'Espagne, ignorando el titulo dado por el artista. Para dar prioridad al concepto y no al detalle de lo pintado, prefirió la localización del país a la temática.

Juan San Nicolás