Pescadores arrastrando la barca
Enrique Martínez Cubells

Pescadores arrastrando la barca

s.f.
  • Óleo sobre lienzo

    65,5 x 56 cm

    CTB.2000.30

  • © Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga

Uno de los géneros por el que fácilmente se reconoce a Martínez Cubells, debido al gran numero de obras localizadas y por las que van apareciendo en el mercado del arte, es por este tipo de escenas de playa.

Fue ya desde principios de siglo cuando comenzó a practicar, de forma continua, estos asuntos, que lo relacionan más directamente con la pintura valenciana y, en concreto, con la obra de Sorolla. Lo vemos participando en numerosos certámenes, como en la III Exposición de Pintura Española Contemporánea del Salón Castillo de Buenos Aires en 1904 o consiguiendo la medalla de plata en la Exposición Internacional de Buenos Aires en 1910 con Playa de Valencia.

Porque fue el genial pintor valenciano, y a él se le reconoce esta iniciativa, quien, logrado un gran éxito al ser premiado con medalla de segunda clase en el Salon de la Société des Artistes Français de París en 1895 por su obra La vuelta de la pesca –pintada un año antes–, comenzaría a investigar en este campo, marcando de hecho en su obra un punto de inflexión evidente. Como bien recoge el profesor Pérez Rojas, ya superado el costumbrismo anterior en el que predominaban otros asuntos, estas pinturas «que nadie hasta entonces había abordado ni explotado con tanta fuerza y vida» llevan hacia un naturalismo en estrecha comunión con la naturaleza. «Ahora, Valencia ya no es solo huerta, sino también el mar y sus gentes [...]», poniéndose especial énfasis en el aspecto social del mundo laboral, en la parte que de noble tenían determinados trabajos y que tanto tuvo que ver con la literatura de otro de los valencianos ilustres: Vicente Blasco Ibáñez.

Debemos pensar que por estos años Martínez Cubells se encontraba todavía cursando sus estudios en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, y realizando obras como la conservada en el Museo de San Telmo, depositada por el Museo del Prado, Un accidente. Pero esa evidente influencia que Sorolla ejerció en Martínez Cubells, quien por otra parte, y como dato anecdótico, sustituiría a su padre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue reconocida en una entrevista por el propio pintor, cuando le reconoció como «el genio de Valencia de la pintura moderna. Él abrió al mundo la inquietud del impresionismo nacional. Superó cuanto se había hecho hasta entonces [...]». De su admiración quedan además otros recuerdos, como continuas alusiones a su obra más o menos directas, muchas más que evidentes, como podemos ver en Arrastrando la barca de la colección Pedro Masaveu (depositado en el Museo de Bellas Artes de Asturias) o en la copia que realizó de Comiendo en la barca (Real Academia de San Fernando), en colección particular.

Era evidente pues su relación directa con la pintura valenciana ya que, a pesar de ser madrileño de nacimiento, visitaba de continuo las playas de Valencia. Y así lo consideraron escritores del momento, como José Francés, que en contestación al discurso de Martínez Cubells como nuevo miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en mayo de 1932, lo descubría como un «pintor de raigambre levantina, de educación visual a través de los grises típicamente, característicamente valencianos [...] con pupilas que acariciaron los azules y los cadmios mediterráneos», plasmando en sus lienzos a «los mozos descalzos de pie y pierna que se encaraman a los barcos traídos hasta la arena, los velámenes obscuros y amarillentos».

Y éste es el momento que recoge la escena: unos pescadores se disponen a meter la barca en el agua para dar comienzo a las labores de pesca, mientras el viento remueve las olas que mueren espumosas en la playa e hincha la vela latina del falucho, esa barca, vista en innumerables lienzos de pintores valencianos, con la que los pescadores barloventeaban por las costas del Mediterráneo.

Vicente Samper