Artistas

Ignacio Pinazo Camarlench

Valencia, 1849 - Godella, 1916

  • Los Mayos

    c. 1898-1899

Segundo de seis hermanos, Ignacio Pinazo quedó huérfano a temprana edad. Obligado a abandonar los estudios, trabajó como platero, dorador, pintor de azulejos, etc. En el taller de dorado trabó amistad con José Miralles, junto al que empezó a pintar en sus ratos libres. Instado por Miralles, asimismo, se matriculó en las clases nocturnas gratuitas de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia, donde recibió clases, entre otros, de José Fernández Olmos y de Francisco Domingo Marqués; artista este último cuya huella se dejaría sentir en su obra inicial.

En 1872 Pinazo concurrió a una plaza de pensionado en Roma convocada por la Diputación de Valencia. Pese a ser derrotado, viajó siete meses a la capital italiana junto a Miralles; allí conoció a Mariano Fortuny. Cuatro años más tarde Pinazo volvió a concurrir a una beca de la Diputación valenciana en Roma. En esta ocasión su cuadro El desembarco de Francisco I –inspirado en Velázquez– obtuvo el primer premio.

Antes de partir a la capital italiana, Pinazo contrajo matrimonio con Teresa Martínez. En Roma permaneció cuatro años, con breves estancias en otras ciudades de la península italiana. Durante este tiempo, además de completar varios cuadros académicos exigidos por la Diputación –como Juegos icarios, El guardavía, Las hijas del Cid, Fauno y Últimos momentos del rey don Jaime el Conquistador (segunda medalla en la Exposición General de Bellas Artes de 1881)–, tornó su atención hacia la pintura de paisaje siguiendo el ejemplo de los macchiaioli italianos.

De regreso a Valencia, Pinazo optó sin éxito a varias plazas de profesor de Bellas Artes. Gracias a la mediación de su antiguo profesor, José Fernández Olmos, ejerció durante varios años la docencia como profesor auxiliar de colorido y composición de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. En 1884, una epidemia de cólera le llevó a solicitar la protección del banquero Josep Jaumandreu. Pinazo se trasladó junto a su familia a la residencia de Jaumandreu en Bétera, en las proximidades de Valencia. Allí pintó varios retratos alegóricos de su mecenas y paisajes del entorno rural. Un año más tarde, atraído por el entorno, el propio artista adquirió una casa en la cercana localidad de Godella.

Durante los últimos años del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Pinazo se consolidó como uno de los principales retratistas de la época con obras como el Retrato del coronel Nicanor Picó –segunda medalla en 1895–, el Retrato de José Mellado –primera medalla en 1897–, y el retrato de su hijo Ignacio, titulado La lección de memoria –primera medalla en 1899–. En 1896 fue nombrado académico de San Carlos, y varios años más tarde se le concedió una plaza de profesor auxiliar de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.

Sus últimas obras están integradas casi exclusivamente por pequeños óleos sobre tabla de las proximidades de Godella, carentes de todo anecdotismo y en los que predomina la visión interiorizada del paisaje. Pinazo murió en Godella, el 18 de octubre de 1916.

Juan Ángel López-Manzanares